En la sociedad actual, la maternidad viene cargada de expectativas. Se espera que las madres sean pacientes, cariñosas, organizadas, dedicadas y, en muchos casos, que renuncien a su propio bienestar para priorizar a sus hijos; sin embargo, en este artículo de El País “Los hijos quieren madres felices, no perfectas”, la psicóloga Ana Asensio nos recuerda algo fundamental: la importancia de la felicidad y la salud mental en la maternidad.

La autoexigencia en la maternidad

Desde el momento en que una mujer se convierte en madre, comienza a enfrentarse a una serie de presiones externas e internas. Las redes sociales muestran imágenes de maternidades idílicas, llenas de sonrisas y momentos perfectos, lo que puede generar una situación de insuficiencia. Además, el entorno suele reforzar la idea de que una buena madre debe estar siempre disponible, sin cometer errores y ser la principal responsable del bienestar de sus hijos.

Esta autoexigencia excesiva puede provocar altos niveles de estrés, ansiedad y sentimientos de culpa. Muchas madres se sienten solas en su lucha por alcanzar un estándar inalcanzable, olvidando que el verdadero bienestar de sus hijos no depende de una perfección inhumana, sino de su estabilidad emocional y su felicidad.

autoexigencia en la maternidad

El cerebro de la madre y el equilibrio emocional

Ana Asensio explica que la maternidad conlleva cambios neurobiológicos profundos en la mujer. El cerebro se adapta para priorizar la protección y el cuidado del bebé, pero esto no significa que la madre deba descuidarse a sí misma; de hecho, cuando una madre se siente bien, su capacidad para criar de manera positiva se fortalece.

Criar desde el bienestar no implica ignorar los desafíos de la maternidad, sino aprender a gestionarlos sin caer en la culpa constante. Los niños aprenden, no solo de lo que decimos, sino también de lo que observan. Si ven a una madre que se cuida, que se permite descansar y que acepta sus errores sin castigarse, estarán aprendiendo una valiosa lección sobre amor propio y gestión emocional.

Cómo fomentar una maternidad más saludable

Para liberarse de la presión de la perfección y centrarse en la felicidad, es importante adoptar ciertos cambios en la mentalidad y en la rutina diaria:

  • Aceptar la imperfección. No existen las madres perfectas, solo las madres que lo hacen lo mejor que pueden. Errar es parte del proceso, y una oportunidad de aprendizaje.
  • Priorizar el autocuidado. Tomarse un tiempo para una misma no es egoísta, es una necesidad. Descansar, hacer ejercicio, leer o simplemente relajarse ayuda a mejorar el bienestar emocional.
  • Pedir ayuda sin culpa. Criar no es una tarea individual. Contar con el apoyo de la pareja, familia o amigos marca la diferencia.
  • Disfrutar de los momentos presentes. La calidad del tiempo que se pasa con los hijos es más importante que la cantidad. Unos minutos de conexión real valen más que horas de presencia sin interacción.

Consejos para disfrutar de la maternidad

La maternidad no debería de ser sinónimo de sacrificio absoluto ni de perfección inalcanzable. Los hijos necesitan madres emocionalmente equilibradas, no madres que se desgasten intentando cumplir con estándares imposibles. Al aceptar la imperfección, priorizar el autocuidado y vivir la crianza con menos culpa, se construye una maternidad más sana y feliz, beneficiando tanto a las madres como a sus hijos.

Si te sientes identificada con alguna de estas sensaciones y necesitas apoyo, en CPA psicólogos podemos ayudarte, ¡contacta con nosotros!