Durante un periodo complicado -pérdida de un familiar, ruptura de pareja, despido en el trabajo…- o por una situación de problemas emocionales, los trastornos como la ansiedad o la depresión pueden aparecer y afectar a tu bienestar. En la búsqueda de alivio, a menudo se recurre a diferentes métodos para encontrar consuelo y calma, como el consumo de alcohol.

Un reciente artículo de El País plantea la cuestión: «¿Por qué es mejor no beber si tienes problemas emocionales?». Exploraremos esta pregunta con más detalle para comprender los efectos nocivos del alcohol en la salud mental.

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El alivio temporal del alcohol

Recurrir al alcohol para «pasar las penas» es algo común: vivimos en una sociedad que normaliza y acepta el consumo de esta droga, en muchos casos, sin pensar en sus consecuencias.

El foco debemos ponerlo en que el alcohol puede exacerbar los problemas emocionales en lugar de mitigarlos.

El proceso es sencillo. Los consumidores sienten un breve alivio temporal al consumirlo, ya que disminuye la ansiedad o el estrés; sin embargo, esta sensación de alivio es fugaz y suele estar seguida por un aumento de la ansiedad y la depresión a largo plazo. Esto se debe a que el alcohol afecta el equilibrio químico del cerebro, alterando el estado de ánimo y empeorando los problemas emocionales existentes como la depresión, la ansiedad u otra adicción.

El consumo de alcohol: riesgos y consecuencias con problemas emocionales

Para comprender mejor por qué el alcohol y los problemas emocionales no son una combinación saludable, es importante examinar cómo afecta el alcohol al cerebro y a la salud mental en general.

El alcohol es un depresor del sistema nervioso central, lo que significa que ralentiza la función cerebral y puede afectar a la capacidad de pensar con claridad y tomar decisiones racionales. Además, puede interferir con la producción de neurotransmisores clave en el cerebro, como la serotonina y la dopamina, que están involucrados en la regulación del estado de ánimo y las emociones.

Cuando una persona está lidiando con problemas emocionales, como la ansiedad, la depresión o el estrés postraumático, es crucial abordar estas preocupaciones de manera saludable y constructiva. El alcohol puede proporcionar una vía de escape temporal, pero no aborda las causas subyacentes de los problemas emocionales y puede crear un ciclo de dependencia, adicción y deterioro de la salud mental a largo plazo.

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Tratamiento para la adicción al alcohol

En lugar de recurrir al alcohol como una forma de hacer frente a los problemas emocionales, es fundamental buscar estrategias de afrontamiento saludables y efectivas:

  • Buscar apoyo profesional, como terapia psicológica, para aprender habilidades de afrontamiento positivas y desarrollar un plan de tratamiento individualizado. Pedir ayuda no es una señal de debilidad, sino un paso valiente hacia la curación y el bienestar emocional. Al abordar los problemas emocionales de manera proactiva y sin recurrir al alcohol u otras sustancias, se puede construir una base sólida para una buena salud mental.
  • El autocuidado juega un papel crucial en la gestión de los problemas emocionales: mantener un estilo de vida saludable, practicar técnicas de relajación como la meditación y el ejercicio regular y cultivar relaciones sociales sólidas y de apoyo.
  • Hablar con tu entorno puede ser de gran ayuda. En ocasiones, esas heridas emocionales necesitan salir y ser escuchadas. Tu familia, pareja y amigos pueden ser un gran apoyo para ti en esos duros momentos.

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En conclusión, el artículo de El País subraya la importancia de evitar el consumo de alcohol cuando se enfrentan problemas emocionales. Si bien puede proporcionar un alivio temporal, el alcohol puede empeorar los problemas emocionales a largo plazo y crear un ciclo de dependencia y deterioro de la salud mental. En su lugar, es fundamental buscar estrategias de afrontamiento saludables y efectivas, como la terapia psicológica que ofrecemos en Valladolid, Ávila y Salamanca y el autocuidado, para abordar los problemas emocionales de manera constructiva y promover el bienestar emocional a largo plazo.