Lamentablemente, en los últimos años, los medios de comunicación han informado de varios casos de suicidio en adolescentes. Si bien este no es un acontecimiento frecuente, las cifras de suicidios entre menores de edad nos invitan a analizar la gravedad de las consecuencias y es un marcador significativo de los problemas importantes a los que la sociedad debe enfrentarse.
La realidad de los suicidios en España
La salud mental ha alcanzado una gran importancia en los últimos años, tanto que por el incremento de enfermedades mentales ha acabado adquiriendo el nombre de «la pandemia silenciosa» o «pandemia invisible», ya que es algo que poco a poco ha ido creciendo en silencio. Esta realidad no es de extrañar si analizamos los trágicos datos que nos aporta el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre el número de fallecimientos por suicidios en España. Este acto deliberado de querer quitarse la vida se ha posicionado en el año 2021 como la principal causa de muerte externa en nuestro país, por encima de los accidentes de tráfico, con un total de 4003 fallecidos. Con la llegada del coronavirus, es preocupante ver cómo el porcentaje de suicidios ha aumentado en relación con el año anterior, un 1,6 %.
La edad o el sexo no son factores determinantes a la hora de establecer el perfil de una persona con conductas suicidas, puesto que no existe un mismo patrón: cada caso es diferente, al igual que no hay dos personas iguales; sin embargo, se debe desmentir uno de los mitos que gira en torno al suicidio: los suicidas son enfermos mentales. Esto no es cierto.
Las tendencias suicidas indican la falta de querer seguir viviendo de una persona, pero no tiene obligatoriamente que ser motivado por un trastorno mental; no todas las personas que padecen algún tipo de enfermedad mental quieren suicidarse, de igual forma que muchas personas que presentan comportamientos suicidas no tienen trastornos mentales.
Los casos de suicidios en adolescentes han aumentado
La OMS ha situado a los jóvenes, en un tercio de los países mundiales, como el grupo de edad más vulnerable según las tasas de suicidio.
Las actitudes suicidas que presentan los adolescentes vienen provocadas, en muchas ocasiones, por recibir acoso por parte de otros jóvenes o por depresión y no decir en alto lo que están viviendo. Estas situaciones derivan en trastornos del sueño, sensaciones de de estrés y ansiedad o, incluso, ataques de ira que, si no se frenan, pueden llegar a recurrir al suicidio como escapatoria al sufrimiento.
Adicción a las redes sociales: el ciberbullying como causa de suicidio entre los adolescentes
Los jóvenes se encuentran en constante contacto con lo digital y esto ha derivado en riesgos de adicción a las redes sociales o comportamientos dependientes hacia videojuegos o dispositivos como el ordenador o teléfonos móviles.
La etapa adolescente es un momento en la vida de toda persona en la que existe una búsqueda constante de una necesidad de aprobación. El acceso a internet y a las redes sociales ha supuesto un cambio en el sometimiento a la opinión ajena. El psicólogo Francisco Villar apunta: “Esos chavales tienen más contactos y, a la vez, están más solos que nunca” . Hace no tanto tiempo, necesitabas salir a la calle y estar, físicamente, con otras personas para obtener una aprobación social; actualmente, no hace falta dejar tu habitación para ser juzgado por otros.
El anonimato, el desconocimiento directo e inmediato del daño causado y la aparición de de roles ficticios en la red hacen que el ciberacoso o ciberbullying sea un problema grave que sufren los adolescentes en la red.
Estos juicios de opinión derivan en:
- Autoexigencia
- Búsqueda constante de unos estándares irreales
Si no se consiguen, es cuando aparecen problemas que pueden derivar en comportamientos con tendencias suicidas en adolescentes.
Se debe hablar también del fácil acceso a contenido que promueve el suicidio o que facilita información sobre temas como las autolesiones; este es uno de los peligros a los que se exponen las personas que valoran el suicidio y usan de forma habitual las redes sociales.
Hablar sobre suicidios: miedo al efecto contagio o Efecto Werther
Hablar sobre el suicidio es un tabú para la sociedad. A pesar de ser algo que constantemente vemos expuesto en la prensa, hablar sobre ello entre amigos, con la familia o gente cercana es algo más inusual.
En el caso de los medios de comunicación, se ha convertido en un arma de doble filo: es cierto que, por un lado, informan sobre el tema y dejan ver que es una realidad; sin embargo, la forma en la que a veces romantizan ese acto suicida en las noticias, puede favorecer la aparición del famoso efecto contagio, también conocido como Efecto Werther. Este concepto hace referencia al nombre otorgado por el sociólogo David Phillips con el que, en 1974, se definió al efecto imitativo de la conducta suicida.
El periodismo, en cualquiera de sus soportes comunicativos (prensa, tv, radio, blogs, internet…), debe ser consciente del poder de influencia directa e indirecta que tiene sobre las personas, por lo que debe aprovecharlo para formar, sensibilizar y concienciar sobre el suicidio: exponer de forma responsable los casos reales para dar voz a las personas que sufren esta situación, informar sobre los recursos y las alternativas que existen.
Es necesario visibilizar que el suicidio no es únicamente un problema de sanidad, se debe romper el estigma y ser consciente de que afecta al ámbito de la Educación también.
