El acoso escolar, conocido también como bullying, es uno de los principales problemas de la comunidad educativa y de la sociedad en general, ya que perjudica a uno de cada tres estudiantes en el mundo y puede acarrear graves consecuencias para los jóvenes que lo sufren. Para combatir este problema y apoyar a las víctimas en su proceso de recuperación, es importante comprender las consecuencias tanto psicológicas como físicas que pueden darse en las víctimas de bullying o acoso escolar.
El bullying afecta la salud mental de las víctimas
La infancia y adolescencia son etapas muy importantes para el crecimiento personal y desarrollo psicológico, de modo que sufrir acoso escolar en estas edades tendrá efectos graves en la salud mental de las víctimas que podrán perdurar hasta la edad adulta.
Las personas víctimas de bullying pueden desarrollar problemas emocionales y dificultades sociales, además de inseguridad, baja autoestima o desconfianza, lo que impactará de manera directa en su vida personal, así como en su futuro académico y laboral. Estas dificultades prolongadas en el tiempo pueden provocar enfermedades mentales como la depresión, trastornos de ansiedad o incluso trastornos de la conducta alimentaria. El sentimiento de exclusión social que causa el bullying puede llevar a muchos a tener comportamientos autodestructivos y pensamientos de suicidio, lo que subraya la gravedad del problema.
Las consecuencias del acoso escolar en el desarrollo cerebral
Además de los problemas psicológicos provocados por el bullying, un reciente estudio realizado por investigadores del Trinity College ha concluido que el acoso escolar tiene también consecuencias de carácter físico; es decir, además de afectar a la salud mental de la víctima, el acoso escolar tiene efectos perjudiciales en la estructura cerebral.
Este estudio ha analizado la actividad cerebral de víctimas de acoso escolar en diferentes etapas de su adolescencia, comenzando a los 14 y concluyendo a los 22. Los resultados revelaron que al menos 49 regiones cerebrales pueden verse afectadas y que estos cambios también varían entre chicos y chicas. Las chicas exhibieron cambios en las zonas vinculadas a respuestas emocionales, mientras que los chicos mostraban respuestas más activas en las áreas del cerebro vinculadas a la coordinación física y motora. Ambos sexos reflejaron un descenso en el volumen de materia gris, lo que puede impactar en el funcionamiento cognitivo y en las habilidades sociales.
En conclusión, las consecuencias del bullying en la adolescencia no son solo de carácter temporal, sino que pueden extenderse a lo largo de toda su vida; por ello, es el deber de toda la sociedad en su conjunto señalar esta situación y exigir las medidas necesarias para erradicarla.
En CPA Psicólogos, sabemos que es esencial ofrecer un espacio de comprensión y seguridad a las personas con esta experiencia en su vida, por lo que nuestra misión es ofrecer terapia psicológica en Valladolid, Salamanca y Ávila de forma personalizada y adaptada a las necesidades particulares de cada paciente.
