Algunos expertos como Francisco Giner, catedrático de Antropología de la Universidad de Salamanca, o Francisco Collazos, responsable del programa de Psiquiatría Transcultural de Vall d’Ebron en Barcelona consideran que hace miles de años los problemas de salud mental eran prácticamente inexistentes, al igual que se observa en algunas tribus de la actualidad; sin embargo; María Martinón-Torres, directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana en Burgos, defiende que en el Pleistoceno sí que había trastornos psicológicos como el estrés, solo que diferentes a los actuales. ¿Quién tiene razón?

ansiedad y estrés

Estrés y ansiedad: los más comunes en la sociedad actual

La evolución tecnológica y científica se consideró como la gran salvadora de los problemas de salud, tanto físicos como mentales; sin embargo, el uso de las nuevas tecnologías, las redes sociales, el ritmo de vida y las dietas actuales han demostrado ser factores muy influyentes a la hora de padecer un trastorno mental.

Entre los años 2005-2015, el consumo de antidepresivos se ha triplicado entre la población adulta y la COVID ha dejado también su huella: un 30% más de personas presentaron algún trastorno depresivo. Los adolescentes son otros de los afectados, ya que los trastornos alimentarios en jóvenes, las autolesiones y el consumo de alcohol y drogas se han incrementado en los países occidentales.

Los cambios en el estilo de vida se han producido tan rápidamente que el hombre no ha tenido tiempo de adaptarse a ellos y ha perdido el ritmo.

origen de los trastornos

¿Cuándo empezó la depresión o la ansiedad?

Responder a esta pregunta es complicado. Sí que podemos asegurar, en base a los estudios de sociedades primitivas actuales, que las sociedades tradicionales tienen una menor prevalencia de enfermedades mentales como la depresión o la ansiedad.

  • Viven menos estresados.
  • El ritmo de vida es mucho más lento.
  • Tienen un mayor contacto con la naturaleza.
  • Se relacionan y viven en grupos.
  • Los más pequeños juegan constantemente y en grupos.
  • No tienen presión por gustar al grupo.

Por estas y otras características viven más felices. Hasta el punto de que muchos no tienen, ni tenían, términos para definir una depresión.

Vivir de forma tradicional, ¿es esa la clave de la felicidad?

El cuerpo perfecto, tener el último móvil, el mejor coche, demostrar que tienes una vida plagada de viajes, tener un trabajo de éxito: estas son algunas de las metas que nos ponemos impulsados por el modelo de sociedad; pero, en muchos casos lo que generan es una sensación de fracaso por no haberlo conseguido.

Los expertos coinciden en que con equilibrio y capacidad para reaccionar ante los problemas nuestra salud mental se puede ver favorecida.