Las siglas TDHA se refieren al trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Se trata de un trastorno muy complejo que se revela con sintomatología muy variada. Entre las manifestaciones más comunes están la impulsividad, desatención e hiperactividad. Aunque el abordaje de este trastorno es esencial para la mejora del paciente, en las dos últimas décadas los diagnósticos de TDHA han aumentado mucho y, actualmente, un 10% de los niños han sido diagnosticados con este trastorno. Eso nos lleva a hacernos una pregunta: ¿existe un sobreadiagnóstico de la enfermedad?

En tal solo dos décadas, el diagnostico de TDHA ha aumentado de un 5,5% en 1997 a un 9,8% en 2018 . Aunque este dato aislado no indica un diagnóstico excesivo de la enfermedad, hay algunos estudios que señalan problemas en los diagnósticos.

tdha diagnóstico erróneo

¿Existe un diagnóstico excesivo de TDHA?

Hay que tener en cuenta que algunos comportamientos asociados con el TDHA pueden ser comportamientos normales en ciertos rangos de edad. Por ejemplo, un niño de 3 años tiene más problemas para concentrarse en tareas en comparación con un niño de 6 años. La edad, por lo tanto, es un factor a considerar en el diagnóstico y podría estar guiando a diagnósticos erróneos. Un estudio realizado en 2016 (Stimulant use for ADHD and relative age in class among children in Israel) demostró que, en una clase, es más probable que el tercio más joven del alumnado consuma fármacos para tratar el TDHA. Esto se debe a que, en el desarrollo de la infancia, unos pocos meses pueden marcar muchas diferencias de habilidades y madurez. Esta diferencia en el desarrollo puede confundirse con TDHA.

Otro estudio (Overdiagnosis of Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder in Children and Adolescents: A Systematic Scoping Review) desarrolló una metodología para la detección de falsos diagnósticos, que podrían basarse en síntomas ambiguos o leves, cambios en la etiología o inflación diagnóstica.

Posibles efectos adversos de un diagnóstico erróneo

Un diagnóstico falso en TDHA puede tener consecuencias físicas, psicológicas y socias en niños y adolescentes. Durante el desarrollo, los niños pueden ver justificados sus comportamientos y actitudes por vincularlos a TDHA, por ejemplo, el estancamiento o la pasividad. De esta manera, el sentimiento de responsabilidad se ve reducido. Tanto en niños como en adultos, la etiqueta de diagnóstico da lugar a un estigma, produciendo aislamiento, problemas para socializar, vergüenza y baja autoestima.

¿Cuál es la solución?

La farmacología debe utilizarse únicamente en trastornos graves. Los casos diagnosticados como leves o medios de TDHA pueden requerir otro tipo de tratamiento, pero en cualquier caso deben realizarse pruebas de forma regular, especialmente si el diagnóstico ha sido temprano.

Si necesitas más información sobre el TDHA y su diagnóstico, consulta a nuestras psicólogas.