¿Sufres conflictos familiares? ¿La actitud o rendimiento de tu hijo ha cambiado? La familia tiene un gran peso en la socialización pues actúa como una especie de antesala a lo que más tarde será la comunidad social de una persona. Especialmente en la infancia, la familia actúa como un referente social y proyecta los comportamientos y valores a desarrollar. Después, vendrá la escuela y otro tipo de relaciones, ayudando a moldear nuestras capacidades y características inter e intrapersonales.  Pero, ¿qué ocurre cuando la familia, en lugar de actuar como una base sólida para el desarrollo social, presenta un espacio de conflicto?

¿Qué consideramos una familia en conflicto?

conflictos familiares

Quizás el ejemplo más claro, y el que más afecta a los niños, lo tengamos en los problemas matrimoniales, pero hay más relaciones que pueden presentar conflictos. Estos son los cuatro ejes que pueden influir negativamente en el desarrollo:

  • Conflictos matrimoniales
  • Relaciones paternales hacia el niño
  • Relaciones fraternales
  • Vida familiar en conjunto

¿Por qué afecta tanto el entorno familiar al niño? Los niños suelen poner todos sus recursos para enfrentarse a nuevas situaciones. Comenzar la escuela, la exigencia académica o el establecimiento de nuevas relaciones requiere una energía emocional que un niño en una familia conflictiva no puede aportar. Las discusiones y peleas generan angustia y ansiedad, por lo que todos los recursos emocionales e intelectuales se destinan a paliar estas emociones.

Los conflictos familiares y sus consecuencias

Varios estudios han demostrado que los niños que crecen en familias en conflicto, como puede ser una separación no amistosa, se ven afectados en todos los ámbitos de su vida.

Bienestar emocional

El conflicto familiar afecta a la gestión emocional y autoestima. Por ello, es común que los niños puedan presentar problemas para controlar las emociones: agresividad, ansiedad, etc. Esto, mezclado con una baja autoestima, puede derivar en adicciones y depresión.

Bienestar físico

Mente y cuerpo van de la mano. Los hijos de padres conflictivos son más propensos a padecer problemas digestivos, alimenticios y dolores de cabeza. Pero incluso otros problemas físicos que no guardan una relación tan directa con la psicología son más comunes en estos niños, por ejemplo el asma y las alergias.

Bienestar social

La falta de un referente adecuado en las relaciones familiares tiene su impacto en las relaciones sociales. Relacionarse y establecer amistades presenta mayores dificultades para estos niños. En muchos casos, además, cuando esas relaciones se establecen, pueden caer en la dependencia emocional y social.

Rendimiento

Los niños tienden a polarizar sus actitudes hacia el rendimiento académico. Muchos sufren falta de concentración o interés, por lo que tienen malos resultados académicos. Otros se obsesionan o vuelcan la ansiedad que les genera el hogar en los estudios.

En el hogar

Cuanto mayores son los conflictos familiares, mayores son los intentos por llamar la atención. Por ello, la desobediencia, la falta de disciplina y los incidentes son muy comunes en estos niños. Además, sus comportamientos están marcados por una sensación de amenaza constante generada por el estrés, lo que se traduce en agresividad, rebeldía y ansiedad.

¿Tu hijo tiene problemas con los estudios?

¿Presenta problemas de disciplina?

Quizás la respuesta esté en las relaciones familiares. Si necesitas asesoramiento y ayuda, consulta a nuestras psicólogas.