Amor: Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear. ¿Crees que esta es la única forma de entender el amor? Seguro que la idea que has formado alrededor de este concepto universal tiene en cuenta tus propias experiencias, valores, sentimientos religiosos… Pero, ¿alguna vez te has preguntado cómo es el amor biológico? Hoy te hablamos de la neurobiología del amor y como esta nos muestra que el proceso de enamoramiento es una respuesta bioquímica en la que intervienen hormonas, neurotransmisores y neuromoduladores.

¿Por qué nos enamoramos?

neurobiología del amor
La neurobiología del amor nos muestra que el enamoramiento es una respuesta biológica y neuronal.

Al igual que nuestras emociones, el amor es una respuesta. Para ser más exacto, forma parte de un sistema que responde a una finalidad: el apareamiento y descendencia. La neurobiología del amor distingue tres sistemas que nos hace desarrollar un estado de amor.

  • El deseo o apetito sexual (cuya finalidad a nivel evolutivo es reproductiva). En esta etapa buscamos una pareja sexual y nuestra respuesta biológico es una mayor concentración de andrógenos y estrógenos. Por eso, no es sorprendente que con la edad se produzca un descenso del deseo sexual debido a los cambios hormonales de nuestros cuerpos.
  • La atracción o amor romántico (con una finalidad reproductiva con una sola pareja). La búsqueda de una pareja sexual tiene una «recompensa cerebral», ya que activa el neurotransmisor asociado a la motivación y recompensa: la dopamina. De hecho, varios estudios han demostrado que durante la fase de atracción o amor romántico se activan el área tegmental ventral derecha y el núcleo caudado derecho, conductos de la dopamina. Más abajo os hablamos más sobre el «amor romántico».
  • El apego (que responde a un fin de crianza). ¿Crees que el amor tiene fecha de caducidad? Te vas a sorprender… ¡Sigue leyendo y te lo contamos todo más adelante!

La neurobiología del amor desde la bioquímica

Hormonas, neuromoduladores y neurotransmisores: estos son los culpables del enamoramiento. Más específicamente, podemos distinguir tres sustancias que influyen en el amor: la dopamina, serotonina y oxitocina.

Dopamina: «amor y otras drogas»

Amor y otras drogas: en esta Hollywood no falló

La dopamina es un neurotrasmisor que genera emociones positivas y se relaciona con el deseo sexual, la motivación y…. ¡la adicción! Así que sí, podemos decir que el amor actúa de una forma similar a las drogas.

La clave de la dopamina y el amor se encuentra en el sentimiento de euforia. Cuando nos sentimos atraídos por una persona, liberamos dopamina y esto afecta a nuestro cerebro activando distintos puntos que despiertan a nuestro hipotálamo. Ya os hemos hablado de como funcionan nuestras emociones y lo importante que es esta parte de nuestro cerebro. La respuesta emocional que tenemos ante la atracción sexual es la de bienestar.

Serotonina: andas en mi cabeza

Al igual que la dopamina, la serotonina genera respuestas de satisfacción y bienestar. Pero, es que además, cuando el nivel de serotonina es bajo se relaciona con sentimientos de obsesión. Y, de alguna manera, cuando alguien está enamorado y lejos de su pareja los niveles bajan, creando pensamientos transitorios y obsesivos con esta persona.

Oxitocina: responsable del vínculo

La oxitocina es un neuropéptido que pruebe los sentimientos de conexión y los vínculos afectivos y desempeña un papel vital incluso en el feto. Se genera en el hipotálamo e interviene en los orgasmos o el parto. Además de promover una sensación de tranquilidad y bienestar, reduce el cortisol (responsable de la ansiedad).

La neurobiología del amor… romántico

Observar a nuestra pareja en las primeras fases del enamoramiento activan áreas del cerebro relacionadas con la motivación y la recompensa subcorticales. Los factores emocionales individuales también se procesan en las regiones corticales límbicas. Así, nos enfocamos en nuestra pareja y pasamos del deseo a la atracción.

La neurobiología del amor… a largo plazo

El amor no tiene fecha de caducidad: en un estudio realizado a parejas casadas durante un promedio de 21 años, se demostró que en este tipo de amor se activan las mismas áreas de recompensa que en el amor romántico (área tegmental ventral y cuerpo estriado dorsal). Además, también se estableció que ciertos circuitos que intervienen en el amor materno también se activaban. A esto se le denomina apego.

Recuerda: cuando alguien te diga te quiero con todo mi corazón, mejor que lo haga con todo su cerebro (en todos los sentidos).

Recuerda: cuando alguien te diga te quiero con todo mi corazón, mejor que lo haga con todo su cerebro (en todos los sentidos).