En la situación actual, se hace aún más prioritario el cuidado de nuestra salud mental. La pandemia ha disparado los problemas psicológicos y psiquiátricos como consecuencia de la ansiedad que puede causar el confinamiento, la sensación de incertidumbre, el miedo enfermar o contagiar a un ser querido o la pérdida de alguien cercano. Por esto, muchas personas han sentido la necesidad de recurrir a un profesional. La crisis sanitaria es, por lo tanto, el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de “terapias milagrosas”, que ofrecen apoyo psicológico sin ningún tipo de formación.

¿Qué es este tipo de intrusismo?

Estas se presentan como un servicio de terapia psicológica, sin embargo detrás de ellas no hay un psicoterapeuta real y, en muchas ocasiones, solo toman conceptos psicológicos que deforman o falsean. Estas pseudoterapias pueden presentarte con precios muy bajos a fin de aprovecharse de las largas listas de espera para atención psicológica de la Sanidad Pública y atraer la atención de aquellas personas que no pueden permitirse un psicólogo privado.

peligros del coaching

En muchas ocasiones, las terapias milagrosas se esconden detrás del “coaching” y el positivismo. Este tipo de enfoque no se centra en el problema ni en sus causas y, aunque puede funcionar como una válvula de escape, no pone ninguna solución.

Además de estas modalidades, podemos encontrar otras, como las terapias con piedras curativas. La vulnerabilidad del paciente hace que no se ponga en cuenta lo que les dice alguien que ellos consideran un profesional.

Recuerda: los psicólogos no ofrecemos consejo, como puede hacerlo un amigo, sino que trabajamos contigo en pautas y herramientas que puedes aplicar cuando te encuentras con ciertas emociones o situaciones que te generan problemas.

¿Cuáles son los peligros de las terapias milagrosas?

Los peligros de las terapias milagrosas son varios y en distintos niveles. En primer lugar ponen a las personas en un estado de vulnerabilidad, y por lo tanto se produce un impacto económico en el que los falsos psicoterapeutas se aprovechan del estado de esa persona. A nivel psicológico, los pacientes tienen la sensación de estar incapacitados: los falsos psicoterapeutas escuchan, pero no dan pautas, por lo que no se produce una actividad por parte del paciente para mejorar su condición.

Por no poder solucionar los trastornos, los casos tienden a volverse crónicos y desestabilizar más a la persona. Además, este tipo de pseudoterapia puede generar desconfianza en los pacientes, que pueden abandonar la idea de buscar un necesitado apoyo psicológico.

¿Qué hacer para evitar ser víctima de este tipo de terapia?

La mejor forma de asegurarte de que te está tratando un profesional es pedir el número de colegiación oficial en psicología. Si estás siendo atendido en la comunidad, puedes comprobar que se trata de un número real en el Colegio Oficial de Psicología de Castilla y León de una manera muy rápida.  ¿Has sido víctima de un caso de intrusismo? ¡Te invitamos a notificar el caso a la Comisión de Intrusismo!